La Iglesia católica chilena pidió perdón a las “familias y comunidades” que “han sufrido el abuso y daño causado por los obispos”, tras conocerse que el papa Francisco expulsó del sacerdocio a dos exobispos chilenos acusados de abusos sexuales.
“Nuestra palabra es de cercanía hacia quienes han sufrido el abuso y daño causado por obispos”, reza el comunicado difundido por la Conferencia Episcopal de Chile tras la decisión del pontífice de expulsar del clero al arzobispo emérito de La Serena, Francisco José Cox, y al obispo emérito de Iquique, Marco Antonio Órdenes.
“A ellos (las víctimas), a sus familias y comunidades, les pedimos perdón en nombre de los Obispos y de la Iglesia”, agrega el texto.
Asimismo, los obispos de la Conferencia Episcopal expresaron su compromiso de continuar su camino de “renovación eclesial” y de trabajar “con afán” para cumplir los compromisos que adquirieron el pasado 3 de agosto para avanzar en la búsqueda de justicia y reparación de las víctimas.
Estas dos expulsiones se unen a las de los sacerdotes chilenos Fernando Karadima y Cristián Prech, en las últimas semanas.
El caso Karadima, condenado en 2011 por la Justicia canónica a una vida de reclusión y penitencia por violaciones y abusos sexuales a menores en Chile, es uno de los más emblemáticos en Chile por la influencia del sacerdote dentro de la Iglesia, formador de varios obispos.Efe