En el día en que hubiera cumplido 100 años, Sudáfrica y la comunidad internacional rindieron homenaje a la memoria de Nelson Mandela, el más famoso de los héroes de la lucha contra el régimen de segregación racial del “apartheid”.
En su país natal, un gran acto oficial en la región donde nació -la provincia del Cabo Oriental- reunió al presidente del país, Cyril Ramaphosa, a antiguos jefes de Estado y a compañeros de militancia del Congreso Nacional Africano (CNA) para celebrar el legado de este luchador “sin miedo” que entregó su vida al sueño de lograr una sociedad justa para todos.
“Sacrificó su carrera como abogado, sacrificó su libertad. Incluso cuando se enfrentaba a la perspectiva de la pena de muerte, desafiante se reafirmó en la superioridad moral de los ideales de libertad, justicia e igualdad”, recordó Ramaphosa sobre el que fuera el primer presidente negro y democrático del país.
Mientras, en Johannesburgo, su tercera esposa, Graça Machel, encabezaba una marcha simbólica del “largo camino hacia la libertad” de Mandela escoltada por personalidades como el exsecretario general de la ONU Kofi Annan o el magnate británico Richard Branson.
Pero al margen de los actos de alto perfil, miles de sudafricanos anónimos participaron en las campañas de donación de alimentos y mantas, conciertos, eventos deportivos y conferencias que acaecieron por todo el país con la solidaridad como valor transversal.
Incluso Frederik de Klerk, el último presidente afrikáner de Sudáfrica y el hombre junto al que Mandela recibió el Nobel de la Paz en 1993 por su trabajo conjunto para desmantelar el “apartheid”, mandó un mensaje recordando que no solo fue un “gran político” sino también un “gran hombre” y un “ejemplo”.
En las redes sociales, los mensajes con citas célebres de “Madiba” (como se conoce popularmente a Mandela en su país) y las palabras de agradecimiento se multiplicaban bajo las etiquetas “Mandela100”, “MandelaDay” y “BeTheLegacy” (Sé el legado), enviados no solo desde Sudáfrica sino desde todos los rincones del mundo.
A ello contribuyeron instituciones internacionales como la ONU y líderes políticos de toda índole, desde la primera ministra británica, Theresa May; al primer ministro canadiense Justin Trudeau, pasando por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Efe