Las autoridades locales del estado de Washington (EE.UU.) descubrieron que los mejillones de parte de su costa, que da entrada al Océano Pacífico, dieron positivo en opiáceos y otros tipos de medicamentos, según un estudio del que se hicieron eco hoy los medios estadounidenses.
“Muchos de los productos farmacéuticos probablemente salgan de nuestras plantas de tratamiento de aguas residuales. Reciben el agua que proviene de nuestros baños y nuestras casas y nuestros hospitales”, explicó la bióloga del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Washington, Jennifer Lanksbury.
Este hallazgo llega en un momento en el que los casos de sobredosis por consumo de opiáceos continúan en aumento en Estados Unidos y ya han alcanzado un nivel de muertes nunca visto hasta la fecha, de acuerdo con datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
En general, las sobredosis aumentaron un 30 % en 16 estados entre julio de 2016 y septiembre de 2017 en todos los grupos de edad, hombres y mujeres, con ciertas variaciones entre zonas urbanas y rurales.
A pesar de que el opioide puede ser el contaminante más llamativo que se ha encontrado en los mejillones, los autores sugirieron que podría ser el “menos preocupante”.
De hecho, estos moluscos también contenían cuatro tipos de tensioactivos sintéticos, los químicos que se encuentran en los detergentes y productos de limpieza, siete tipos de antibióticos, cinco tipos de antidepresivos, más de un fármaco antidiabético y un agente de quimioterapia.
Se sabe que los surfactantes, en particular, tienen un efecto estrogénico en los organismos, por lo que afectan el sistema hormonal de algunos animales de esa forma, como la feminización de los machos y la capacidad reproductiva de las hembras antes de que estén listas, según palabras de Lanksbury recogidas por medios locales.
“Una de las conclusiones de esta investigación es que parte de estos medicamentos está saliendo de nuestras plantas de tratamiento de aguas residuales, por lo que debemos hacer un mejor trabajo ya sea para controlar las fuentes o para tratar de reducir la exposición en el Puget Sound”, señaló.
La composición genética de los mejillones es más simple que la de los peces, un motivo por el que son “excelentes” para la investigación, según Lanksbury.
Los peces son capaces de metabolizar algunos químicos, pero los mejillones no, por lo que en muchos casos son mejores para revelar contaminantes en el agua, informa Efe.
El equipo investigador inició el monitoreo de mejillones en el invierno de 2013 y realizó dos estudios adicionales en 2016 y 2018 para determinar que los moluscos de esa región sufren contaminación de un amplio rango de medicamentos.