Iglesia Católica con opiniones divididas frente a caso Santrich

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Las opiniones al interior de la Iglesia Católica colombiana están divididas por cuenta del traslado del exguerrillero de las Farc Jesús Santrich, acusado de narcotráfico por Estados Unidos, a una casa del episcopado por “razones humanitarias” debido a que lleva más de un mes en huelga de hambre.

“Sí, la vida es sagrada, pero me aparto de la decisión de la Conferencia Episcopal de permitir que Santrich haya salido de la cárcel a la Fundación de la Pastoral Penitenciaria. Él debe ser extraditado. Son muchos los crímenes que lleva en su conciencia”, manifestó contundentemente al Canal RCN el presidente del Tribunal Eclesiástico de Bogotá, monseñor Alirio López.

Indignado, el sacerdote dijo a periodistas que recuerda “el rostro de aquel niño que se moría de cáncer, que suplicaba ver a su papá y murió sin verlo” porque Jesús Santrich “lo tenía secuestrado”.

Con este comentario López hizo alusión a Andrés Felipe Pérez, de 12 años, quien murió en 2001 pidiendo que su padre, el cabo José Norberto Pérez, fuera liberado por la entonces guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), que lo secuestró el 17 de marzo del 2000 en el centro del país.

“¿Cuántos de los secuestrados por las Farc murieron de hambre? por favor, no agrande el problema, tome conciencia que es necesario que regrese a la cárcel y que espere la decisión de la extradición”, sostuvo López.

Otro que se pronunció en contra del traslado del excombatiente fue el presidente del Tribunal Eclesiástico, monseñor Pedro Mercado.

El religioso afirmó en su cuenta en Twitter: “Con traslado de Santrich, sindicado de narcotráfico, a una sede eclesiástica se crea un grave precedente jurídico y moral. Personalmente, me aparto de esta decisión que considero injustificada e inoportuna”.

A Mercado, le “preocupa la situación de salud de Santrich”, pero a su juicio “debieron buscarse opciones distintas dentro de los cauces ordinarios existentes en el sistema judicial y penitenciario colombiano, y no crear esta situación única y excepcional”.

El pasado 10 de mayo Jesús Santrich fue trasladado desde el hospital El Tunal a una casa del episcopado colombiano por “razones humanitarias”.

El líder insurgente fue detenido en Bogotá el 9 de abril y pedido en extradición por la justicia de Estados Unidos por narcotráfico.

La ONG Fundación Lazos de Dignidad indicó que Santrich fue trasladado a la sede ofrecida por la Conferencia Episcopal debido a la huelga de hambre que comenzó el mismo día de su captura en protesta por considerar que su detención es ilegal y que hace parte de un “montaje” en su contra.

Sin embargo, no todos los representantes de la Iglesia Católica en Colombia rechazan el traslado del exguerrillero.

El obispo del municipio de Apartadó, monseñor Hugo Alberto Torres, sostuvo que la situación es “un acto de misericordia”.

Para el sacerdote, “el principio de solidaridad y caridad va más allá de las situaciones de índole política”, por lo que dijo respaldar la decisión de la Conferencia Episcopal.

La situación de Jesús Santrich se ha convertido en un “hervidero” en redes sociales como Twitter e incluso ha generado cadenas falsas de WhatsApp en donde se indica que “no podrá ser extraditado” debido a que se encuentra en “un territorio del Vaticano”, lo que le da un estatus de “refugiado político”.

Al respecto, la Cancillería colombiana precisó ayer que “la única sede diplomática del Estado Vaticano en Colombia es la Nunciatura. Ninguna otra sede o edificio perteneciente a la Iglesia tiene estatus diplomático”, informa Efe.

También, el vaticanista Hernán Olano aclaró que Santrich solo puede asilarse en la Nunciatura, ya que se constituye en una especie de embajada del Vaticano.