Las fricciones en el seno del Gobierno conservador británico sobre cómo encarar el “brexit” sitúan en una posición frágil a la primera ministra, Theresa May, que afronta reuniones internas con su gabinete para consensuar los aspectos clave de la negociación.
Las filas tories continúan divididas por la ausencia de consenso sobre qué “líneas rojas” debe establecer el Ejecutivo en el próximo tramo negociador con Bruselas, previsto para después de marzo, donde ambas partes deben definir su futura relación comercial.
Los medios locales lamentan la “guerra civil” que enfrenta a las distintas facciones de ese partido y apuntan a una posible conspiración de miembros del ala pro “brexit” para derribar el mandato de May, en favor del titular de Exteriores, Boris Johnson.