Un reciente análisis de textos digitalizados que datan desde el siglo XII hasta el XXI proporciona nuevos datos sobre la evolución del idioma inglés, según revela la revista “Nature” en su último número.
Tanto los idiomas como los genes se transmiten entre generaciones y son susceptibles de experimentar modificaciones como resultado de las fluctuaciones que se producen al azar y de una selección natural, apunta esa investigación.
El experto Joshua Plotkin y un grupo de colegas de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) valoraron las contribuciones relativas de esos dos mecanismos en la evolución del idioma al analizar secuencias de textos digitalizados.
Los investigadores analizaron tres cambios gramaticales bien conocidos experimentados por la lengua inglesa: la regularización de los tiempos pasados de los verbos, el empleo de la perífrasis “do” (como en las frases del tipo: “do you know?”) y la variación que se da en las negaciones verbales.
Encontraron que ambos mecanismos evolutivos operan en esa lengua y que los giros al azar son más fuertes en las palabras consideradas “raras” que en las comunes, reporta Efe.
Esto podría explicar por qué las palabras menos comunes son reemplazadas en el idioma en mayor medida que las que son más habituales.