Aunque parezca mentira, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y nitrógeno atmosféricos han actuado como fertilizante y han hecho que la Tierra sea hoy más verde que hace 30 años, pero se está acabando: Los ecosistemas terrestres se han saturado y se encaminan ya a una época de mayor calentamiento.
Esta es la principal conclusión de un estudio internacional publicado hoy en Nature Ecology & Evolution y liderado por el investigador del CSIC en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) Josep Peñuelas.
El trabajo avisa que salvo que el escenario cambie con la puesta en marcha de nuevas técnicas de absorción del CO2 y una importante apuesta por las energías alternativas, la Tierra va a pasar de una época de fertilización a otra de calentamiento aún mayor, un cambio que, de hecho, ya ha empezado en el hemisferio norte.
“La sensibilidad al aumento del CO2 que hasta ahora era positiva, ya no lo es y, desde 2010, la biosfera ya no tiene esa capacidad tan fuerte de hacer de sumidero del dióxido de carbono”, ha dicho Peñuelas en declaraciones a Efe.
Y es que, esa capacidad de fertilización global se debía no sólo al aumento de CO2 o nitrógeno, sino también a otro tipo de recursos como el fósforo (que como el petróleo es un bien limitado y ligado a la tierra) o el agua, dos elementos que no están creciendo a la misma velocidad que las emisiones de dióxido de carbono y nitrógeno, reporta Efe.
La falta de nutrientes como el fósforo o el potasio, y de agua en muchas regiones, “marcará la capacidad de la vegetación para retirar el carbono de la atmósfera”, advierte Marcos Fernández