Centenares de indígenas colombianos esperan al papa Francisco en Villavicencio, donde mañana le darán un mensaje para que le pida al mundo que respeten a sus pueblos y a la naturaleza.
En total, esperan juntarse 1.500 miembros de las 102 comunidades indígenas del país que están acampados en un recinto deportivo.
Allí, la guardia indígena ejerce su tradicional autoridad con bastones de mando que están situados a la entrada del recinto como control de seguridad.
“Para nosotros no es tanto el significado que tenga (la visita papal) sino que lo significante es que se lleve un mensaje para el mundo (…) para todos aquellos que creen que los pueblos indígenas hemos sido el obstáculo para el desarrollo de los países”, dijo a Efe el gobernador del cabildo indígena Nasa de Bogotá, Luis Hernando Pechené.
En este sentido, detalló que los Gobiernos “son solamente extractivistas y explotadores de la madre tierra” y de “todos sus recursos”.
“Para el mundo blanco (la extracción de minerales) significa desarrollo, crecer, aumentar, salir de al pobreza, pero para nosotros significa muerte, exterminio, acabar con nuestra supervivencia y existencia”, señaló.
El papa es un defensor de los derechos de los indígenas y de la protección del medioambiente e incluso en 2015 presentó su segunda encíclica, la “Laudato si”, dedicada al ambiente.
Como parte de los actos que tienen previstos, la guardia indígena le hará una calle de honor al papa, luego le entregarán un símbolo ancestral y finalmente le darán un documento donde le nombran como “cuidador de la madre tierra”.
El papa Francisco llegará mañana a Villavicencio donde oficiará una gran misa a la que se espera asista cerca de un millón de personas.
Posteriormente participará en dos actos con víctimas en los que pedirá que Colombia de el primer paso hacia la reconciliación tras más de medio siglo de conflicto armado interno.
En ese evento, habrá representantes de los 102 pueblos indígenas en su condición de víctimas.
Uno de los miembros de la guardia que participarán en la calle de honor será Pechené, quien restó importancia a su participación y señaló que para él lo importante es el dinero invertido en su visita y cómo se podría haber dedicado a otras cosas.
Acerca del sentimiento que tendrá en ese momento, afirmó que la Iglesia les causó mucho daño a los pueblos indígenas puesto que les “robó la mente la espiritualidad, usos y costumbres, tradiciones, y formas de gobierno”, por lo que espera que también pida “perdón y pueda reconciliarse” con ellos.
Con el coincidió una de las líderes que ha llegado ya a Villavicencio, Ercilia Niviallo, del cabildo muisca de Suba (Bogotá) y “abuela sabedora de casa-pensamiento”.
“Mañana viene el santo padre pero tenemos que pensar que la Iglesia fue la que nos quitó nuestra lengua, nos maltrató hace muchos siglos y siguen maltratándonos a través del tiempo”, dijo Niviallo a Efe.
Ese rencor lo superarán mañana ante el obispo de Roma y reconoció que no puede ignorar la enseñanza que le dieron sus padres católicos.
Para ella, lo importante es que, todos adoran al “padre celestial, llámese como se llame”, reseña Efe.
Ante el padre celestial de los católicos, y con la esperanza de que la Iglesia haga acto de contrición, los indígenas colombianos se unirán al camino de reconciliación que espera abrir el papa Francisco.