Tadej Pogacar sorprendió con un gran esfuerzo durante el primer desafío en alta montaña en el Tour de Francia.
El esloveno Tadej Pogacar protagonizó un zarpazo en el ascenso al Gallibier, primera cita con la alta montaña en el Tour de Francia, que le permitió obtener en la meta de Valloire su duodécima victoria de etapa y recuperar el maillot amarillo que había perdido la víspera.
El ganador del pasado Giro de Italia entró en solitario en la meta y afianzó su favoritismo para conseguir su tercer triunfo en la ronda gala.
El ecuatoriano Richard Carapaz, que se vistió de amarillo, no pudo soportar el ritmo de los mejores y acabó a 5.10 del ganador.
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El ciclista del UAE distanció en la meta en 35 segundos al belga Remco Evenpoel, que fue segundo, a su compañero español Juan Ayuso y al esloveno Primoz Roglic, mientras que el danés Jonas Vingegaard, ganador de las dos últimas ediciones del Tour, y el español Carlos Rodríguez, quinto el año pasado, entraron dos segundos más tarde.
Si se suman las bonificaciones, tanto las de la meta como las que había en el paso por el Galibier, Pogacar tiene ahora una renta de 45 segundos con Evenpoel, de 50 con Vingegaard, 1.10 con Ayuso, 1.14 con Roglic y 1.16 con Rodríguez.
El esloveno dio un golpe de efecto importante con un ataque fuerte a un kilómetro de coronar el Galibier al que solo respondió en un primer momento Vingegaard, pero el danés, que llega con una preparación truncada por una caída dura en la pasada Vuelta al País Vasco, no le pudo aguantar y coronó 10 segundos más tarde.
La renta fue creciendo en la bajada y Vingegaard fue atrapado por el resto de los perseguidores, que hicieron buena parte del descenso juntos, lejos de Pogacar.
EFE