La inseguridad alimentaria sigue afectando a más de un cuarto de los hogares del país.
La inseguridad alimentaria grave o moderada en Colombia descendió en 2023 con respecto a 2022, pero sigue afectando a más de un cuarto de los hogares del país, mientras que la inseguridad alimentaria grave apenas ha sufrido cambios y sigue afectando a un 4,8 % de hogares, según los datos publicados este viernes por el Gobierno y la FAO.
La directora del DANE, Piedad Urdinola, reveló que la inseguridad alimentaria grave o moderada “bajó de 28,1 % a 26,1 %” en 2023, afectando a más de 14 millones de personas, al tiempo que lamentó que en la inseguridad alimentaria grave las “variaciones son muy leves”, pues apenas se ha pasado del 4,9 % de hogares al 4,8 %.
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Donde más bajó la inseguridad alimentaria grave o moderada fue en las cabeceras municipales de Colombia (del 26,8 % al 24,7 %), mientras que en centros poblados y rurales dispersos el descenso fue más moderado (del 32,5 % al 31,2 %).
Además, los resultados muestran que en los departamentos con los peores registros de hambre o pobreza, La Guajira y Chocó, la inseguridad alimentaria ha tenido grandes disminuciones, llegando incluso a una reducción de 24,3 puntos porcentuales en el selvático Chocó, donde la inseguridad alimentaria grave o moderada pasó de afectar al 43,2 % de hogares al 18,9 %.
Un panorama desalentador
“El informe no presenta un panorama muy alentador para la meta de erradicar el hambre para 2030”, admitió el representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Colombia, Agustín Zimmermann, aunque admitió que hay “voluntad política” y medios para revertir la situación.
“Colombia sin duda cuenta con todos los recursos naturales, con la capacidad productiva, con la institucionalidad, y con los recursos humanos para avanzar en esta meta”, apuntó el argentino que enfatizó en que “la visión de una Colombia sin hambre y sin malnutrición está al alcance”.
Los datos son de la Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES) desarrollada por la FAO, publicada este viernes por segundo año en Colombia, que es la más grande de Latinoamérica pues fue realizada en más de 86.000 hogares colombianos.
Los datos de esta escala muestran resultados similares a los presentados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en febrero que revelaron que la inseguridad alimentaria se redujo en 2023 del 30 % al 25 %, con 13 millones de personas aún en inseguridad alimentaria moderada o severa.
Más hambre en hogares desfavorecidos
Los datos, que han sido incluidos en la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ECV) del DANE, muestran que la inseguridad alimentaria es mayor ahí donde las situaciones de vida son más vulnerables, como cuando se trata de hogares monoparentales, integrados por migrantes, donde no hay trabajo o con muchos miembros de la familia o niños pequeños.
Así, la inseguridad alimentaria grave o severa afectó en 2023 a un 40,7 % de hogares liderados por una persona negra, afro, raizal o palenquera, y a un 46,3 % de indígenas.
Es también especialmente delicada la situación en hogares liderados por un migrante venezolano, pues “en hogares de migrantes internacionales de Venezuela, esa prevalencia pasa al 41,6 % por lo que vemos una brecha muy importante que se replica en regiones”, según Urdinola, y que contrasta con el 25,4 % de prevalencia en hogares sin migrantes.
Por otro lado, en hogares con más de cinco miembros, la inseguridad alimentaria grave o moderada llegó en 2023 al 37,9 %, mientras que en los monoparentales, la inseguridad alimentaria se situó en el 31,4 %.
La inseguridad alimentaria afectó a 32,8 % de hogares con al menos un menor de 5 años, aunque “estamos viendo una mejora de un año a otro”, apuntó la directora del DANE, al señalar que en 2022 fue del 36,5 %.
EFE