“Se gobierna para los que votaron o no, para los arrepentidos, para los que quieren aplaudir o callar, se gobierna para todos, sin excepción.”
Así parezca inconcebible un oponente que piensa diferente a un mandatario, existe, hace parte de los gobernados, luego ejercer la autoridad con él o ella, legitima el ejercicio.
No cabe duda, en política ganar significa obtener poder tras el apoyo de los votantes y control sobre las decisiones que se implementan, sin embargo siempre quedan heridas por ataques y difamaciones de campaña, éstas se vencen con diálogo constructivo para enfocarse en propuestas y soluciones.
Gobernar con el adversario es importante porque fomenta la democracia, el diálogo y la diversidad de opiniones, promueve la estabilidad política y la búsqueda de consensos, las campañas terminan, luego ya vendrán otras para luchar de nuevo.
A aquellos que ganan con soberbia, les recuerdo la importancia de la humildad y responsabilidad en el ejercicio, es imprescindible escuchar y respetar a todas las personas, trabajar por el bien común y recordar que todo es efímero.
A los que han perdido deben mantener el ánimo y los ideales en alto, asumir la derrota como una oportunidad para aprender, crecer y buscar nuevas formas de contribuir al cambio positivo.
En política, a menudo se busca el beneficio propio y hay alianzas para mantener el poder, lo que puede llevar a que nadie pierda realmente, todos aprendemos.
“Se gobierna para los que votaron o no, para los arrepentidos, para los que quieren aplaudir o callar, se gobierna para todos, sin excepción”.
Por: Freddy Serrano Díaz
Estratega Político