La mayoría de candidatos quieren acordar por debajo de la mesa y hacer alianzas para alcanzar el poder, cuando el verdadero trato es con la gente.
“Tomémonos un cafecito…”, le dicen muchos aspirantes a otros, tratando de persuadir una retirada decorosa para sumar voluntades, el tema es que todos quieren llegar en causa propia desconfiando de los oponentes para que se cumplan los compromisos “dizque”, programàticos.
La mayoría tiene debajo del brazo una encuesta que los proclama ganadores, la mayoría aduce ser él o la mejor, la mayoría dice abaratar costos de campaña y la mayoría se hace acompañar de un comité de aplausos que se ríe de todos los chistes.
Es la cruda realidad de la política latinoamericana, más allá de tradicionalismo, se entendió la dinámica como un acuerdo de voluntades donde lo que cuenta es la foto, “hechos políticos”, diría un experimentado dirigente de los de siempre.
“Hoy yo, tú mañana”, ¿y la gente?… bien gracias, es por eso que se abstienen cuando pueden, es por eso que no creen, es por eso qué dejaron de confiar.
El elector de hoy aún cuando muchos políticos no lo crean, dejó de ser estúpido, sabe que los acuerdos no priorizan al pueblo, entiende que las ruedas de prensa para anunciar adhesiones son parte del show y comprende que “ningún río crece con agua limpia”.
Mientras tanto los débiles muchos convencidos e ilusionados, expectantes de una epifanía, aguardan en una esquina… solo lo logrará el que trabaje más y deje el café para después de la elección.
Por: Freddy Serrano Díaz
Estratega Político.