La ONU aseguró que el lenguaje que utilizan los políticos frente a los migrantes hace que el debate en esa cuestión se envenene y los deshumaniza.
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, dijo este miércoles que la denuncia de la ministra del Interior británica sobre una supuesta “invasión de migrantes” tiene como efecto deshumanizar a estos últimos y envenena el debate sobre la cuestión migratoria.
“Invasión… es una palabra horrible y es un problema que en efecto vemos frecuentemente. Es el tipo de lenguaje que deshumaniza”, dijo Türk, quien asumió el puesto de alto comisionado el pasado mes, en reemplazo de la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet.
Türk fue anteriormente un alto responsable en la Agencia de la ONU para los Refugiados y recordó que en ese rol vivió directamente la problemática del uso del lenguaje para deshumanizar a los migrantes, en particular durante la crisis migratoria registrada en Europa entre 2015 y 2016.
Le puede interesar: Rusia reactiva pacto para exportar cereales de Ucrania tras recibir garantías
En ese periodo más de 1,3 millones de refugiados y migrantes llegaron a Europa, procedentes la mayoría de Siria, que en ese momento se encontraba en el peor periodo del conflicto interno que sufre este país desde 2011.
Recordó el alto comisionado que en esas circunstancia escuchó varias veces a ciertos políticos utilizar ese “lenguaje desgarrador” contra los que llegaban por vías irregulares.
Le puede interesar: Alerta máxima: Corea del Norte y Corea del Sur se disparan más de 10 misiles
“Tenemos que trabajar de forma muy decidida para que esto no envenene y añada leña al fuego en asuntos que afectan a seres humanos”, sostuvo el alto comisionado.
Consideró reconfortante “la fuerte reacción” en el Reino Unido contra los comentarios de la ministra del Interior quien en una comparecencia en el Parlamento denunció “la invasión” de migrantes que cruzan el Canal de la Mancha y que -según las cifras que aportó- suman 40.000 desde que empezó este año.
El Ejecutivo británico, bajo el Gobierno de Boris Johnson, ideó un plan para deportar a Ruanda a los solicitantes de asilo que llegaran a su territorio, de modo que sea el país africano el que procese sus peticiones y les ofrezca refugio en caso de cumplir los requisitos.