Esta exposición acoge un conjunto de esculturas y paisajes virtuales creados por “LaTurbo Avedon”, un avatar no binario que diseña su arte en el metaverso
El Museo de Artes Aplicadas de Viena (MAK) presenta este verano una muestra poco convencional: “Pardon Our Dust”, un conjunto de esculturas y paisajes virtuales creados por “LaTurbo Avedon”, un avatar no binario que diseña su arte en el metaverso.
Expuesta hasta el 25 de septiembre, la galería virtual describe cómo la privatización de los espacios digitales y la vigilancia gubernamental son incompatibles con la naturaleza libre de Internet.
“Pardon Our Dust”, una referencia al eslogan que utilizaban las primeras páginas de Internet de los años 1990 para indicar que su web estaba “en proceso”, sirve como metáfora de la creación de un mundo digital libre en construcción.
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La colección, creada por un artista desconocido que maneja el avatar en el metaverso, cuenta con 5 pantallas sincronizadas que funcionan como espejos de una proyección central.
LaTurbo Avedon critica la supuesta descentralización de Internet, la privatización del ciberespacio y la perpetuación del legado mercantil del mundo físico, que se perpetúa también en la red.
Metaverso no binario
Todas las esculturas y paisajes de la exposición están inspiradas en populares videojuegos como “Final Fantasy” o “Minecraft”, y forman parte de una simulación elaborada en el metaverso, un universo virtual donde los usuarios diseñan su propia realidad.
“El avatar no asume las adscripciones de género de los visitantes alegando que el potencial de las identidades fluidas es mucho mayor en el metaverso y en un mundo donde las diferencias entre lo real y lo virtual cada vez son menores”.
Marlies Wirth, comisaria de Cultura Digital del MAK.
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Como si se tratara de una película futurista, LaTurbo Avedon, con corte de pelo corto y rubio platino, se dirige a los visitantes hablando en lenguaje inclusivo desde una gasolinera inundada, proyectada en la pantalla, de donde comienza y termina la simulación.
Mientras los visitantes pasean por la simulación, el avatar recita un poema narrando el origen de la relación entre las realidades virtuales y la creación de una identidad propia. EFE