Miles de activistas contra el derecho a abortar expresaron este viernes su júbilo ante la perspectiva de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos pueda derogar este año un precedente clave de 1973, algo que derivará en vetos a la interrupción del embarazo en la mitad conservadora del país.
Los asistentes a la llamada “Marcha por la vida”, que se convoca cada año en Washington, se mostraron más esperanzados que nunca, dado que es muy probable que el Supremo anule o erosione el precedente que desde 1973 obliga a permitir el derecho al aborto en todo EE.UU.
“Estoy súper emocionada”, dijo Patricia Salva, una mujer de 53 años que había conducido hasta Washington desde Riegelsville (Pensilvania) junto a dos de sus ocho hijos, en declaraciones a Efe.
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Asistir a la marcha es casi un ritual para Salva, una católica que se ha desplazado una decena de veces a esa manifestación anual, normalmente en autobuses fletados por su iglesia, y que no cree que el aborto deba ser legal ni siquiera en los supuestos de violación, incesto o riesgo para la vida de la madre.
“Venir aquí es como mi terapia, salgo con energías renovadas”, afirmó.
La manifestación anual se ha celebrado desde 1974, un año después de que el Supremo garantizara el aborto legal en todo EE.UU., y Salva confió en que si se convoca el año que viene, el clima sea de “celebración” por la prohibición de ese servicio médico en buena parte del país.
El Supremo de EE.UU. tiene previsto decidir en junio o julio sobre un veto parcial al aborto en Misisipi, y en una audiencia en diciembre sobre ese caso, la mayoría conservadora del tribunal insinuó que se inclina a favor de imponer nuevos límites al derecho al aborto en el país.
La decisión de “Roe versus Wade” de 1973 de la mayor instancia judicial de EE.UU. obliga a permitir el aborto hasta el momento de “viabilidad” del feto fuera del vientre materno, un límite que ahora está en torno a las 23 o 24 semanas de embarazo, aunque muchos estados conservadores han aprobado leyes que incumplen esa garantía, como el veto casi total en Texas.
Si los jueces derogan ese precedente de 1973, se espera que 26 estados de tendencia conservadora tomen medidas para restringir o prohibir del todo el derecho al aborto en su territorio, según el centro de investigación sobre salud reproductiva Guttmacher Institute.
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“Eso sería realmente bueno”, dijo a Efe una joven profesora de 22 años, Annie Marcellin, que hacía fila junto a un grupo de sus alumnas para confesarse con un sacerdote inclinado contra un árbol en el National Mall, la explanada central de Washington en la que se celebra anualmente la marcha.
Marcellin, que empezó a acudir a la manifestación cuando era una niña, opinó que incluso si el Supremo anula la decisión de 1973, “la lucha no habrá acabado”, y admitió que en los estados donde se prohíba probablemente empezarán a registrarse “abortos ilegales” que pondrán las vidas de mujeres en riesgo. Efe