Italia endureció las restricciones para frenar el aumento de los casos de COVID-19, incluida la prohibición de todas las celebraciones públicas de Año Nuevo, luego de que las infecciones diarias alcanzaron un récord, dijo el Gobierno el jueves.
El ministro de Salud, Roberto Speranza, dijo que el uso de mascarillas volverá a ser obligatorio al aire libre y ordenó que las personas usen las Ffp2, que brindan una protección mayor, en espacios públicos como teatros, cines y eventos deportivos.
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Además, los conciertos y eventos al aire libre estarán prohibidos hasta el 31 de enero, y las discotecas y clubes de baile deberán cerrar sus puertas hasta esa fecha, en un esfuerzo por evitar la socialización masiva durante el período festivo.
El anuncio se conoce el día en que Italia registró un récord de 44.595 nuevos casos de coronavirus, un aumento de más del 70% en solo una semana, con la variante infecciosa ómicron comenzando a crecer en todo el país.
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Las muertes también están aumentando, con 168 el jueves, la mayor cifra desde mayo, pero se mantienen muy por debajo de las tasas durante los aumentos repentinos de infecciones, gracias principalmente a la gran cantidad de personas vacunadas en el país.
Además, los ministros acordaron que la validez de los certificados sanitarios COVID-19, que dan acceso a una serie de lugares y servicios, se reducirá de nueve a seis meses a partir del 1 de febrero. El gobierno también reducirá el tiempo de espera para la dosis de refuerzo después de las segundas vacunas de cinco a cuatro meses.
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Italia fue el primer país occidental en ser afectado por la pandemia el año pasado y hasta ahora ha registrado 136.245 muertes, la segunda cifra más alta en Europa después de Gran Bretaña.