El presidente de EE.UU., Joe Biden, buscará este jueves reforzar la alianza con sus vecinos de Norteamérica en la primera cumbre de los “tres amigos” en cinco años, además de trazar una estrategia migratoria regional y aumentar la coordinación en la lucha contra la pandemia y la crisis climática.
La Cumbre de Líderes de Norteamérica marcará la primera reunión en persona de Biden con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; y también el primer encuentro cara a cara del líder mexicano con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Biden se reunirá por separado en primer lugar con Trudeau y después con López Obrador, y a continuación, los tres líderes mantendrán un encuentro trilateral por la tarde, según la Casa Blanca.
“La cumbre ilustra nuestros esfuerzos para revitalizar Norteamérica como plataforma para el éxito económico”, dijo este miércoles un portavoz de la Casa Blanca, Chris Meagher, en declaraciones a la prensa a bordo del avión presidencial que llevaba a Biden a Detroit (Michigan).
Será la primera vez desde 2016 que se celebra la cumbre trilateral, conocida popularmente como la de los “tres amigos” y que tuvo lugar por primera vez en 2005 en Texas, con una reunión entre los entonces presidentes George W. Bush y Vicente Fox, con el primer ministro canadiense Paul Martin.
Desde entonces, la cita se convocó con carácter anual, con contadas excepciones, hasta 2016, cuando Barack Obama, Enrique Peña Nieto y Trudeau se reunieron en Ottawa (Canadá).
No hubo ningún encuentro de este tipo durante los cuatro años de mandato de Donald Trump (2017-2021), que mantuvo una relación tensa tanto con Canadá como con México, aunque consiguió renegociar con ellos el tratado comercial regional para convertirlo en el T-MEC.
Consultada por Efe, una fuente de la Casa Blanca aseguró que el hecho de que vuelva a celebrarse la cumbre de “los tres amigos” supone “la culminación de un trabajo de casi 10 meses” de Biden para reforzar los lazos con sus vecinos de Norteamérica.
“Estados Unidos, México y Canadá reafirmarán en la cumbre sus estrechos lazos y su integración, mientras trazan un nuevo camino de cooperación”, indicó la fuente, que pidió el anonimato.
Esa nueva colaboración irá “en el sentido de poner fin a la pandemia, mejorar la competitividad y el crecimiento igualitario, incluido en (la lucha contra) el cambio climático, y de (crear) una visión regional para la migración”, añadió el funcionario.
Según Meagher, el citado portavoz de la Casa Blanca, los tres países también buscarán “enfoques colectivos para (mejorar) la resiliencia de la cadena de suministros” y revitalizar la economía en la región, con una recuperación “sostenible e inclusiva” tras la pandemia.
La reunión se producirá una semana y media después de que Estados Unidos abriera finalmente las fronteras con México y Canadá a los viajes no esenciales, tras más de un año de clausura por la pandemia.
Pero no todo serán celebraciones: tanto Canadá como México están preocupados por el énfasis que Biden ha puesto en la compra de productos estadounidenses en la recién aprobada ley de infraestructuras del país, que incluye un crédito fiscal que favorece a los fabricantes de vehículos de EE.UU.
Para Martha Bárcena, que fue embajadora de México en Estados Unidos entre 2018 y 2021, es necesario que en la cumbre se “disipen los miedos sobre el proteccionismo en cualquiera de los tres países”.
“Estados Unidos no puede ser competitivo con China por sí solo, necesita a la región norteamericana”, opinó Bárcena este martes en una rueda de prensa telefónica organizada por el centro de estudios Atlantic Council.
Aunque no está formalmente en la agenda, es probable que Biden plantee en su reunión privada con López Obrador su preocupación por la reforma eléctrica mexicana, que beneficia a la empresa estatal en detrimento de los generadores privados, sobre todo extranjeros y de renovables.
En el plano migratorio, la reunión llega dos días después de que el Gobierno de Biden dijera en un documento judicial que probablemente reanudará “en las próximas semanas” el programa conocido como “Quédate en México”, que obliga a los solicitantes de asilo en Estados Unidos a esperar el desarrollo de sus solicitudes en el país vecino.
Después de que un juez federal invalidara el intento de Biden de acabar con ese polémico programa, el Gobierno estadounidense está obligado a reiniciarlo y ha asegurado que solo le queda un asunto por resolver con México -que no ha identificado- antes de empezar de nuevo a implementarlo. Efe