En plan para controlar la creciente población de animales, Australia ha propuesto un plan para sacrificar más de 10.000 caballos asilvestrados, manteniendo una población menor en el Parque Nacional de Kosciuszko, en Nueva Gales del Sur.
Un preocupado grupo de científicos aseguró que esto no evitará que se sigan produciendo daños en el sensible parque australiano, amenazando las especies y los hábitats en peligro de extinción.
Un estudio aéreo realizado en 2019, de acuerdo con Australian Alps National Parks, estimó que en Australia hay más de 25.000 caballos salvajes o asilvestrados. La mayoría de estos, también conocidos localmente como brumbies, viven en la región alpina de Australia, situada en la intersección de tres estados: Nueva Gales del Sur, Victoria y el Territorio de la Capital Australiana.
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Por su parte, el Parque Nacional de Kosciuszko alberga unos 14.380 caballos salvajes, quienes causan daños generalizados en el ecosistema de esa región; los grandes herbívoros son una especie invasora en Australia que se reproducen rápidamente y que, con sus duras pezuñas, pisotean la delicada vegetación.
Según explicó a Nature David Watson, ecólogo de la Universidad Charles Sturt de Australia, parte del problema con la delicada vegetación es que mucha de esta son especies endémicas y amenazadas, que se encuentran solo en el entorno alpino de Australia, que cubre solo el 1 % del continente.
El sacrificio propuesto contrasta con la prohibición de las medidas de control letal en Estados Unidos, donde las grandes poblaciones de caballos salvajes, conocidos como mustangs, también causan problemas, según informa Nature.