Siete jóvenes del departamento de la Guajira, el más septentrional de Colombia, llevan más de 20 días en huelga de hambre para presionar al Gobierno a que tome “medidas urgentes para salvar” esta región con grandes explotaciones energéticas, pero que tiene uno de los índices de pobreza más altos.
“Le estamos pidiendo (al Gobierno) una negociación en diez componentes de derechos fundamentales y sobre eso proponer una restructuración en las políticas públicas”, dijo a Efe Luis Fernando Lobo, uno de los voceros de estos jóvenes, que llegaron hace dos días a la céntrica plaza de Bolívar de Bogotá.
Los jóvenes y varias organizaciones de derechos humanos y defensoras de los derechos de los indígenas, ya que es el departamento con más población indígena del país, hicieron un llamamiento para mejorar los sistemas de salud, educación en esta zona y abaratar los altos costos de servicios públicos.
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Además, desde la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Bibiana Díaz recordó en una rueda de prensa que han muerto 5.000 niños y niñas “por abandono estatal y por hambre” desde el 2008, y que ya van 365 indígenas asesinados en todo el país tras la firma del acuerdo de paz en 2016.
El Gobierno debe reconocer la “deuda histórica” que tiene con los pueblos de La Guajira porque a ellos “les han robado las transferencias de las regalías”, el impuesto de las empresas petroleras y mineras al Estado, indicó el presidente del Instituto de Desarrollo de Estudios para la Paz (Indepaz), Camilo González Posso.
Con esas regalías, los indígenas tendrían más acceso al agua, a la educación o a la luz, pero sin embargo, el Gobierno está ocupando esos territorios “como si se tratara de un baldío”, denunció González Posso.
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UN DEPARTAMENTO RICO Y EMPOBRECIDO
La Guajira, la región más al norte de Suramérica y que linda con Venezuela, es una zona desértica donde la mayoría de la población, que es fundamentalmente indígena wayuu y vive en pequeñas aldeas o rancherías, no tiene buen acceso a agua potable.
“El departamento de la Guajira tiene muchos problemas estructurales que son de carácter social, pero sobre todo mucha pobreza multidimensional”, explicó Lobo, quien expuso que el mejor indicativo para eso es el de la mortalidad infantil, con cifras oficiales que dejan alrededor de 30 niños muertos por desnutrición este año y que según él están subrepresentadas.
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Sin embargo, es una zona que genera “el 90 % de las energías no convencionales” del país, con plantas eólicas y paneles solares y que en las costas tiene yacimientos de gas y petróleo y va a tener la mina de cobre más grande de Colombia, aseguró el vocero de los protestantes.
“Estas riquezas están en el mismo territorio donde tenemos los índices de necesidades insatisfechas más altas de todo el país; la pobreza solamente es comparada con el África subsahariana y con Haití en un departamento que no es para nada pobre”, apuntó Lobo.
Por ello, piden revertir esta “tragedia” y tomar medidas para atajar una de las raíces del problema: que el 80 % de la población no tiene acceso al agua y la salud está “completamente quebrada”.
Los jóvenes llevan 43 días en menos de 3 meses de huelga de hambre, ya que hicieron 20 días hace un par de meses y ahora llevan 23 de nuevo “con abstinencia de la alimentación” y quieren que estas medidas drásticas volteen la atención al departamento donde 500.000 personas se acuestan habiendo comido solo una comida al día. EFE