La vacuna obligatoria dejará a Grecia a partir de mañana sin unos 10.000 empleados del sector sanitario público, la cifra de personas que hasta ahora se ha negado a inocularse contra la covid y que quedarán suspendidos de empleo y sueldo hasta que se inmunicen, en virtud de la ley que les obliga a estar vacunados.
Aunque la ley entró en vigor hoy, el Ministerio de Sanidad ha dado a los renuentes de plazo hasta mañana para ponerse la primera dosis de la vacuna, pero ha asegurado que la ley se aplicará sin contemplaciones.
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La presidenta de los hospitales públicos de Atenas, Matina Pagoni, informó hoy de que en los últimos días la vacunación del personal sanitario está aumentando considerablemente y a día de hoy el 95 % de los médicos, el 90 % de los sanitarios y el 91 % de los administrativos está ya inmunizado, bien por inoculación o por haber pasado la enfermedad.
Según señaló el presidente del sindicato del personal sanitario de los hospitales públicos (Poedin), Mijalis Yiannakos, de estos 10.000 que todavía quedan por vacunar, 2.000 han concertado cita para hoy mismo.
El Ministerio de Sanidad anunció que mientras se contrata a personal de sustitución, se afrontarán las vacantes con la redistribución de personal de los hospitales; la fusión de clínicas y departamentos; la sustitución de los suspendidos por personal auxiliar, así como alianzas con el sector privado para los servicios de apoyo, como catering, almacenamiento, etc.
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La nueva ley, que ya entró en vigor el pasado 15 de agosto para el personal de los centros de mayores, se ha topado con una fuerte resistencia en los hospitales y centros de salud.
Aunque los representantes de los trabajadores son partidarios de la vacunación, se oponen a su carácter obligatorio, con el argumento que es contraria a las disposiciones de la Constitución que protegen la libertad individual. EFE