El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, reaccionó este martes a la decisión de la Justicia electoral de investigar sus reiterados ataques al voto electrónico que el país adoptó hace dos décadas y declaró que no acepta “intimidaciones”.
Bolsonaro centró su nueva ofensiva en el juez Luis Barroso, quien preside el Tribunal Superior Electoral (TSE), que la víspera anunció, con el aval de toda la corte, iniciar un proceso “administrativo” para investigar las dudas que el mandatario ha sembrado sobre el sistema de votación de cara a las elecciones del año próximo.
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“Barroso le presta un flaco servicio a la nación” y “pretende imponer su voluntad”, declaró Bolsonaro sobre el magistrado, también miembro de la Corte Suprema, a la que la Justicia electoral pidió además que incluya al gobernante en una investigación sobre difusión de noticias falsas y “ataques” a las instituciones democráticas.
La raíz del conflicto está en reiteradas descalificaciones hechas por Bolsonaro a las urnas electrónicas que el país adoptó en 1996 y que, según coinciden la gran mayoría de los partidos políticos y la propia Justicia electoral, acabaron con los fraudes en los comicios.
Bolsonaro, por el contrario y sin prueba alguna, sostiene que ese sistema favorece fraudes que, según él, han ocurrido en las últimas elecciones, incluidas hasta las que le llevaron al poder en 2018.
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El gobernante ha propuesto una enmienda constitucional, que está en trámite en el Congreso, en la cual propone que para los comicios de 2022 se incorpore, en paralelo al voto electrónico, el antiguo sistema de papeletas, que considera el único “realmente auditable”.
Aún así, once partidos con representación parlamentaria, entre los cuales figuran varios de la propia base del Gobierno, se han plantado en defensa del sistema electrónico, apoyados en el hecho de que, desde su adopción, no se ha comprobado un solo fraude. EFE