Un estudio realizado por una centena de investigadores y expertos colombianos concluyó que la población del país pierde anualmente 3,3 años de vida saludable debido a factores ambientales como la contaminación del aire y el agua, que en solo 2010 causó 7.600 muertes prematuras.
La investigación denominada como la primera Evaluación Nacional de Pérdida de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, fue presentada este jueves 30 de junio a cargo del Instituto Humboldt y 105 expertos temáticos y sabedores de pueblos y comunidades indígenas, negras, afrodescendientes, palenqueros, raizales, campesinas y locales de todas las regiones de Colombia.
Según reportó el Instituto en una nota de prensa, el documento reúne datos estratégicos sobre el estado y tendencias de la diversidad biológica ligada al bienestar de los colombianos, donde se evidencian trayectorias de cambio y futuros posibles del país, con una vigencia hasta el 2050. Es decir, el estudio recoge información sobre el “grave deterioro de la biodiversidad nacional”, sus principales retos y los efectos negativos que tiene en la pérdida de la salud humana.
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El estudio arrojó que numerosas especies de animales y plantas han desaparecido y otras están en estado crítico o son amenazadas por la degradación de los ecosistemas por actividades humanas legales e ilegales. Los expertos encontraron que hay una disminución de la diversidad genética que afecta negativamente la habilidad de las especies para adaptarse a ambientes y ecosistemas.
“La brecha entre el conocimiento de especies y el conocimiento de su diversidad genética es amplia. Se tiene información genética de solo el 1% de especies de plantas; 4% de las especies de insectos; 8% de las especies de aves; 3% de las especies de peces; 12% de las especies de anfibios; 5% de las especies de reptiles y 5% de las especies de mamíferos. La ausencia de esta información impide evaluar la viabilidad de las poblaciones y limita el uso sostenible de los recursos genéticos”, dice el Instituto Humboldt en su comunicado.
Por otro lado, se evidenció que entre 2002 a 2017 Colombia pasó de 34 a 53 especies de peces de agua dulce con algún tipo de amenaza y de 28 a 56 de mar. Además, se concluye que la pérdida y degradación de hábitats (terrestres, de agua dulce y marinos) son los principales motores directos de transformación y disminución de biodiversidad en Colombia.
El estudio señala que los motores de mayor incidencia en la transformación de distintos ecosistemas del país están vinculados al cambio en el uso del suelo por expansión de la frontera agrícola y ganadera, consolidación de enclaves productivos como el cultivo de palma de aceite o el desarrollo petrolero (en el caso de los llanos orientales), proyectos de infraestructura (en especial vías) y la expansión urbana.
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La evaluación mostró que la deforestación es el principal motor asociado a la pérdida de biodiversidad y de servicios ecosistémicos en Colombia, como la regulación climática; y que la mayor tasa de deforestación actual se encuentra en la región de la Amazonía. Actualmente, la ganadería extensiva representa el principal uso de las tierras deforestadas, tanto en los bosques húmedos de la Amazonía, como en las sabanas de la Orinoquia y en los páramos.
“Si la deforestación continúa en aumento, a 2030 Colombia podría perderse alrededor de 1,5 billones de pesos del Producto Interno Bruto (PIB) y entre COP 1.034 y 1.670 millones en ahorros genuinos. Según estimaciones del BID, en 2014 se contaba con 58,8 millones de has de bosque, mientras que a 2030 la cifra podría reducirse a 48,8 millones de has”, explica el Instituto.
Los expertos afirman que la pérdida de biodiversidad tendría un efecto directo importante en la salud humana si los servicios de los ecosistemas no satisfacen las necesidades sociales.También subrayan que Colombia tiene el mayor número de conflictos ambientales en el mundo, generados principalmente por minería (oro, petróleo, carbón) y la consecuente remoción de biomasa.