El tribunal de primera instancia de Bruselas ha dejado este viernes visto para sentencia el juicio rápido que enfrenta a la Unión Europea contra AstraZeneca por el retraso en las entregas de su vacuna contra la covid-19, preludio de otro proceso sobre el fondo con la amenaza de multas multimillonarias al laboratorio.
Al término del tercer y último careo entre las partes, la magistrada titular de la sala señaló que anunciaría su fallo “lo antes posible, dentro de los plazos legales”, lo que significa antes de un mes a partir de este 4 de junio.
La UE reclama una serie de medidas cautelares para que AstraZeneca entregue al menos 120 millones de dosis a final de junio, frente a los 100 millones que el laboratorio anglosueco dice que puede aportar y los 300 millones firmados hace un año.
Bruselas solicitó al juzgado que obligue a la farmacéutica a entregar información para demostrar que está intentando incrementar la producción y, en caso de no entregar las dosis, que reciba una primera sanción cautelar de 200 millones de euros.
Sería una victoria importante para la UE, que insiste en que quiere las dosis que faltan y no el dinero, pero es sólo un adelanto de la penalización económica que la Comisión y los Estados miembros reclamaría en un segundo proceso que se celebra en paralelo en el mismo tribunal, sobre el fondo del asunto y sin carácter de urgencia, y del que no se espera sentencia al menos hasta 2022.
Ese juicio tiene programada una primera vista el 24 de septiembre y ahí la UE reclama, en caso de que AstraZeneca no cumpla con sus pretensiones, una compensación de 10 euros por día de retraso por dosis, hasta un máximo de 25 millones de euros semanales, lo que no implica que la corte vaya a aceptar esas cantidades, que la compañía ya ha dicho que rechaza.
En la vista de este viernes, la jueza planteó una serie de cuestiones técnicas a las partes, a partir de las alegaciones orales y escritas presentadas en el proceso. Desde precisiones sobre reglamentos citados hasta mililitros de dosis por tanque o el rendimiento de cada una de las plantas de fabricación en momentos precisos.
La Comisión Europea y los Estados miembros, cuya defensa lidera el abogado Rafaël Jafferali, llevaron a los tribunales a AstraZeneca al considerar que la farmacéutica, al contrario que otros laboratorios como Pfizer-BionTech o Moderna, que también han tenido algún retraso, sabía de antemano que no podría entregar las dosis pactadas.
“AstraZeneca ha vendido varias veces la misma vacuna a distintos clientes”, resumió durante el proceso el letrado de la UE, que acusó a la farmacéutica de desviar a otros países las vacunas compradas por la Comisión en nombre de los Veintisiete.
Bruselas quiere conocer en particular detalles sobre los lotes de producción de AstraZeneca en el Reino Unido.
El laboratorio que produce y comercializa la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford, basada en el adenovirus, argumenta que Bruselas sabía que la compañía tenía compromisos también con otros clientes y que los retrasos responden a las dificultades propias de generar cientos de millones de dosis de una nueva vacuna en tiempo récord.
El punto clave del litigio pasa por determinar si AstraZeneca, cuya defensa encabeza el letrado Hakim Boularbah, hizo “sus mejores esfuerzos razonables” (“best reasonable efforts”, en su redacción original en inglés en el contrato) por entregar las dosis firmadas.
La farmacéutica sostiene que sí, y añade que el calendario de entregas era solo estimativo. EFE