El primer ministro británico, Boris Johnson, rechazó este jueves las acusaciones vertidas ayer por su exasesor, Dominic Cummings, que dijo que su mala gestión de la pandemia causó “muertes innecesarias” en el Reino Unido.
En declaraciones a la prensa durante un acto oficial, el líder conservador sostuvo que su Gobierno y él hicieron desde el principio “todo lo posible”, con la determinación de “salvar vidas” y evitar que colapsara el sistema público de salud.
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Preguntado si, tal como alegó Cummings, no está “capacitado” para gobernar, Johnson contestó: “algunos de los comentarios que he escuchado no guardan relación con la realidad”.
Momentos antes, el ministro de Sanidad, Matt Hancock, aseguró, en una comparecencia urgente en la Cámara de los Comunes, que “no son ciertas” las “graves” alegaciones que hizo contra él el mismo asesor, que le acusó de haber mentido a sus colegas de gabinete en numerosas ocasiones el año pasado.
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“He sido directo con la gente en público y en privado a lo largo” de esta crisis, declaró, para añadir que la actitud del Ejecutivo “ha sido franca, transparente y explicativa” sobre lo que sabía y lo que no de la covid.
El titular de Sanidad briánico hizo esta declaración después de que el Partido Laborista, en la oposición, pidiera hoy su dimisión por haber presuntamente engañado sobre decisiones clave de su ministerio. EFE