Fuertes disturbios se vivieron en la noche de este miércoles en la ciudad de Barranquilla, principalmente en inmediaciones del estadio de fútbol Romelio Martínez, mientras se jugaba el partido entre Junior y River correspondiente por la Copa Libertadores.
Las alteraciones de orden público iniciaron previo al encuentro de fútbol, varias personas lograron derribar el primer anillo de seguridad, buscando impedir que el partido se jugara, pues manifestaban que no estaban dadas las condiciones y que no era el momento de desviar la atención con el fútbol, mientras que el país pasa por una crisis social.
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Ante la situación, fue necesaria la presencia del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD).
A pesar de los hechos que se presentaban afuera del estadio, el partido no se canceló y en mitad de la transmisión internacional se lograban escuchar fuertes detonaciones, incluso, el encuentro se tuvo que detener por varios minutos, debido a que los gases lacrimógenos afectaron a los jugadores.
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Hasta el momento las autoridades no han entregado un balance oficial sobre las personas lesionadas y los establecimientos afectados, pero al parecer tres ciudadanos tuvieron que ser trasladadas hasta un centro médico.
Se espera que las autoridades tomen mayores medidas para la noche de este jueves en la que se jugará el partido entre América de Cali y Atlético Mineiro, también en la ciudad de Barranquilla.