La pareja de Julian Assange pide fondos para sufragar la próxima batalla legal

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 Stella Moris, pareja de Julian Assange, ha pedido ayuda económica a los simpatizantes del fundador de WikiLeaks para sufragar la próxima batalla legal en el Reino unido a fin de conseguir su libertad.

Moris, madre de los dos hijos menores del australiano, que tuvo cuando él estaba refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, ha hecho un llamamiento a través de una web de recaudación de fondos en internet, donde hay ya aportaciones por más de 82.000 libras (94.200 euros), de un objetivo de 100.000 (115.000 euros).

La abogada de 37 años explica que, aunque los letrados de su novio trabajan por un precio mínimo, se necesita el dinero para hacer frente a un posible juicio en mayo en el Tribunal Superior de Londres, si esta corte acepta finalmente a trámite, como se espera, un recurso de Estados Unidos contra un fallo del 4 de enero.

En ese dictamen, la jueza de primera instancia Vanessa Baraitser denegó la extradición del periodista de 49 años por razones médicas, al considerar que presentaba riesgo de suicidio si era entregado a Washington, donde afronta cargos por presunto espionaje e intrusión informática penados con hasta 175 años de cárcel.

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En un escrito, Moris agradece cualquier donativo para esta batalla legal “por la verdad y la justicia” y también para que Assange pueda reunirse con sus hijos Gabriel, de 3 años, y Max, de 2, a los que, dice, no ha podido abrazar en un año por las restricciones impuestas en prisión por la covid.

El pasado 11 de abril, el informático, que no ha sido condenado por ningún delito, cumplió dos años de prisión preventiva en la cárcel de alta seguridad londinense de Belmarsh, a la espera de que se resuelva su proceso judicial.

Assange fue detenido en 2019 tras ser sacado por la fuerza de la embajada ecuatoriana en Londres, donde se había refugiado en 2012 tratando de evitar su entrega a EEUU, que finalmente, hace dos años, pidió su extradición.

Previamente, el australiano estuvo bajo arresto domiciliario en Inglaterra, hasta un total de casi 11 años de encierro desde que en diciembre de 2010 fue detenido por la Policía a petición de Suecia, que quería interrogarle por un caso de presuntos delitos sexuales de los que no fue imputado y que eventualmente se archivó.