La esperada retirada de las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN de Afganistán, anunciada recientemente para el próximo 11 de septiembre, ha desatado el temor en el país asiático a un fracaso de las negociaciones de paz y a la llegada de una nueva guerra civil.
El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció esta semana su intención de retirar a sus cerca de 3.500 efectivos de Afganistán tras revisar durante semanas el histórico acuerdo alcanzado entre Washington y los talibanes en febrero del año pasado en Doha.
Los aliados de la OTAN retirarán también a sus cerca de 7.000 tropas a partir del próximo 1 de mayo.
Lea también: Enfrentamientos entre el Ejército y disidencias dejan 11 muertos en Cauca
Ambas decisiones llegan mientras las tropas afganas, tras dos décadas de conflicto con la formación insurgente, se esfuerzan por mantener sus posiciones a pesar de las constantes bajas.
Los talibanes no controlan ninguna de las 34 capitales de provincia, pero el grupo ha sido capaz de reducir al 53,8 % el control del Gobierno sobre el territorio nacional, según los últimos datos disponibles de las fuerzas estadounidenses publicados en enero de 2019.
Los insurgentes controlan directamente el 12 % del territorio, principalmente en áreas remotas y poco pobladas, mientras el resto del país se considera territorio en disputa.
Le puede interesar: 9 años de cárcel para juez por fallos irregulares a la desaparecida Telecom
Ante este escenario, las recientes proclamas de varios comandantes ex muyaidines o antiguos señores de la guerra de combatir a los talibanes por su cuenta, si la formación insurgente intensifica las hostilidades, ha desatado el temor a una guerra civil.
“Tenemos a un montón de antiguos comandantes yihadistas dentro y fuera del sistema gubernamental que están listos para defender a su gente ante una vuelta de los talibanes”, dijo a Efe un analista político que trabaja para el Gobierno, y que pidió el anonimato.
Afganistán tiene todavía fresca la guerra civil de los años noventa, en la que las diferentes facciones muyahidines peleaban para hacerse con el control del Estado tras el final del régimen comunista.