La República Checa ha salido este lunes del estado de emergencia decretado el 5 de octubre de 2020 y del confinamiento general impuesto el pasado 1 de marzo, aunque permanecerán cerrados, durante al menos las próximas dos semanas, la gastronomía y el comercio no esencial.
Tras una muy virulenta tercera oleada de la pandemia, durante la cual la República Checa fue durante semanas el país más golpeado de Europa, su situación epidemiológica ha mejorado en abril, aunque sigue siendo la tercera en mortalidad y cuarta en contagios de la Unión Europea (UE).
Hoy se han eliminado las limitaciones a la libertad de movimiento que requieren del estado de emergencia para poder ser impuestas, como los cierres perimetrales de provincias y el toque de queda, al tiempo que los menores de 10 años han vuelto a las aulas de las escuelas o a los jardines de infancia.
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Siguen vigentes otras medidas para frenar la expansión del coronavirus, como la educación a distancia para los mayores de 11 años o el uso de mascarilla en transportes y espacios públicos urbanos.
El Gobierno checo, una coalición de populistas liberales y socialdemócratas, tiene ahora dos semanas de plazo para revisar las medidas en vigor, según una ley contra pandemias recién aprobada y que no toca la libertad de movimiento.
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El estado de emergencia se venía prolongando de manera ininterrumpida desde el 5 de octubre del año pasado, cuando fue decretado.
Actualmente, hay 86.970 infecciones activas, y los vacunados -al menos con la primera dosis- suponen el 20 % de la población, precisó Sanidad.
Desde marzo de 2020, cuando se registró el primer brote de la pandemia, 27.918 personas con SARS-CoV-2 han fallecido en el país centroeuropeo. EFE