Tras la jornada más sangrienta de la presión policial en Birmania (Myanmar), el Ejército extendió este lunes la ley marcial e incrementó la militarización de las calles para reprimir las protestas, en las que han muerto ya al menos 126 manifestantes por los disparos de la policía y los soldados.
En medio de una mayor presencia militar y la ley marcial en gran parte de Rangún, muchos birmanos volvieron en varias ciudades del país a salir a pedir democracia en desafío a los gases lacrimógenos, las granadas aturdidoras y los disparos con munición de goma y real.
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Según el periódico Irrawaddy, al menos tres personas fallecieron hoy por disparos en Myingyan, cerca de la ciudad de Mandalay, mientras que un número indeterminado resultó herido por los disparos de soldados y policías, que abrieron fuego contra los participantes en una protesta.
Este lunes, la junta militar extendió la ley marcial a cuatro distritos industriales y densamente poblados de Rangún, la antigua capital, tras el fin de semana en el que murieron al menos 47 manifestantes, 39 solo el domingo, debido a los disparos de policías y soldados.
La víspera, la medida de excepción también se declaró en otros distritos de Rangún como Hlaing Than Yar, donde ayer hubo 22 muertos en las protestas y ardieron varias fábricas de textil, incluidas algunas propiedad de empresarios chinos.
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La Embajada de China en Birmania reclamó a las autoridades “detener” a los autores de los incendios y “garantizar la seguridad de las empresas y el personal chino”, en un comunicado colgado en la red social Facebook
Por su parte, el Movimiento de Desobediencia Civil, que organiza las manifestaciones contra la junta a escala nacional, responsabilizó a los militares de los incendios. EFE