De “cinco locas” que pedían firmas a una marea que legalizó el aborto

BUENOS AIRES, 30/12/2020.- Cientos de miles de personas festejan la despenalizaciÛn del Aborto despuÈs de que se aprobase en el Senado este miÈrcoles en Buenos Aires, Argentina. Mientras el resto del mundo cuenta exhausto las horas para que se termine el atÌpico 2020, Argentina celebra este miÈrcoles la aprobaciÛn en el Senado de la ley del aborto: uno de los dÌas m·s importantes del aÒo para el paÌs austral. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni
BUENOS AIRES, 30/12/2020.- Cientos de miles de personas festejan la despenalizaciÛn del Aborto despuÈs de que se aprobase en el Senado este miÈrcoles en Buenos Aires, Argentina. Mientras el resto del mundo cuenta exhausto las horas para que se termine el atÌpico 2020, Argentina celebra este miÈrcoles la aprobaciÛn en el Senado de la ley del aborto: uno de los dÌas m·s importantes del aÒo para el paÌs austral. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

Foto: EFE

El año es 1986 y la argentina Alicia Schejter se sienta junto a unas pocas compañeras en la esquina del restaurante “El Molino”, en la vereda de enfrente del Congreso. Las insultan, las amenazan, las tratan como “cinco locas”, según relata a Efe, por pedir firmas por el aborto legal.

El año es 2020 y en esa misma esquina decenas de miles de jóvenes que siguieron la lucha de Schejter y las demás pioneras lloran entre pañuelos verdes, recién conseguido el derecho que reclamaban sus antecesoras.

Frente a ellas se levantan las lonas negras que cubren “El Molino”, que está cerrado por obras de restauración después de muchos años sin funcionar y que cuando abra se encontrará una Buenos Aires diferente a la que cerró: ahora, es la capital del quinto país de América Latina donde abortar es legal.

“Estoy muy emocionada, éramos cinco locas en la esquina, que nos agredían porque esta es una palabra, aborto, que tiene muchos aspectos en esta sociedad muy hipócrita. (…) Era exponerse a un ataque permanente”, asevera Schejter.

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Ha costado 34 años de lucha, y aún así son menos que los de los movimientos feministas de otros países de la región que ahora mirarán como ejemplo a Argentina, a lo que consiguió la llamada marea verde a base de una acción callejera continua durante años, a lo que germinó tras la mesita donde Schejter juntaba las firmas que podía.

De unas cuantas hojas de papel con nombres, apellidos y números de DNI al reclamo popular masivo que, al fin, fructificó antes de que se cerrara el libro de 2020.

Schejter indica que, como sucedía en otros lugares, en 1986 “las mujeres abortaban pero no se podía decir”, y así hasta la actualidad, cuando todavía mueren argentinas por culpa de abortos clandestinos.

La ley del aborto que se aprobó en Argentina el pasado 30 de diciembre obtuvo votos favorables desde todas las bancadas del Senado y de la Cámara de Diputados, en una muestra de transversalidad política.

La oposición a la ley, sin embargo, también fue transversal, y tanto entre los parlamentarios como en la sociedad, multitud de ciudadanos piensa que el aborto no debería haberse legalizado.