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La pandemia obligó a todos los sectores de la economía a ponerle el acelerador a los procesos de digitalización tanto internos como externos de cada una de las compañías. Esto es una buena noticia, los avances digitales que se esperaban en cinco años, dieron un salto y sucedieron en menos de dos meses, la necesidad fue tan amplia que sectores tan tradicionales como el de la construcción, se embarcaron en dichos procesos, ya que la falta de productividad en la construcción significa una pérdida de casi 50.000 millones de dólares al año.
El proceso de digitalización no ha sido fácil, para llegar allí se necesitan cuatro puntos elementales: la automatización, la conectividad, el acceso digital y los datos digitales, lo cual requiere de una gran inversión de capital. Es por esa razón, que la digitalización no se masificó en el sector constructor.
Sin embargo, la pandemia aceleró el proceso y obligó a cada uno de los agentes que participan en la construcción a cooperar en la trasformación digital en todos los campos, incluyendo el comercial, así lo contó William Pardo, VP Comercial de Azembla, empresa que realiza innovación constructiva en PVC: “la mayoría de las empresas empezaron a utilizar la tecnología. A modo de ejemplo, al ver que los showrooms quedaron cerrados, los diseños en render de alta calidad ayudaron a vender y a comunicar, sin necesidad de estar personalmente con el cliente, reduciendo costos y tiempos por los traslados.”
Por otro lado, fue clave entender que la tecnología tiene el poder de optimizar los tiempos, el dinero y los escombros en cada una de las edificaciones. Según Camacol en el último tiempo casi el 45% de las empresas de construcción implementaron el Building Information Modeling (BIM) un software que permite ser exactos en el tipo y la cantidad de material que se necesita para la construcción, tener presupuestos más claros y una mejor optimización de materiales; cabe resaltar que estey otros avances significaron un crecimiento del 15% para el sector de la construcción.
Estas tecnologías se convirtieron en los mayores aliados de los arquitectos, ya que les proporciona exactitud y reduce los errores al mínimo porcentaje, siendo específico con el tipo y la cantidad de material que se necesita, con el presupuesto que se tiene y obteniendo como resultado la construcción de edificaciones con muy poco escombro, así lo contó Luis Felipe Ospina, Director Comercial Regional de Azembla: “tradicionalmente se llegaba al sitio a improvisar y a corregir situaciones que no se tenían calculadas en el diseño, era normal pensar que una obra que se calculaba en 12 pesos terminaba costando 14. Las nuevas tecnologías nos permiten ser exactos para prevenir errores y eso termina siendo saludable para el presupuesto de las edificaciones”.
Así que, los nuevos avances permiten tener las edificaciones en un modelado 3D antes de que se construyan y de esa manera reducir los errores al momento de construirlas, a pesar de que todo el sector no ha implementado estos avances, ya son un hecho, y a muy corto plazo se normatizarán para que sean empleados en cada uno de los proyectos constructivos que se realizan en el país.
Proceso que para Luis Felipe tiene que ser ágil:“tan solo el bloque puede llegar a representar el 30% del desperdicio en obra, no tiene sentido este gasto de recursos, porque no solo tenemos repercusiones económicas, sino también ambientales, esto ya no da espera.”. Por lo tanto, la trasformación digital más que un lujo, es una verdadera necesidad para el sector, que está buscando rapidez, eficiencia en cuanto costos y optimización de materiales.