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El reciente informe de Medicina Legal, reveló que el cuerpo del estudiante de derecho, Javier Ordóñez, falleció a causa de una hemorragia interna por el estallido de uno de sus riñones, además de que presentaba esquirlas de proyectil de arma de fuego en una de sus piernas, la ruptura en nueve pedazos de su cráneo y su hígado reventado.
Tras las indagaciones sobre la muerte de Ordoñez, quien fue torturado en vía pública el pasado 9 de septiembre en la localidad de Engativá por uniformados de la Policía Nacional y trasladado posteriormente al CAI de Villa Luz, donde se habría producido su deceso.
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Según la necropsia, Ordoñez murió tras presentar una hemorragia severa en la cavidad abdominal, ocasionada por el estallido de su riñón derecho. Sin embargo el cuerpo de este hombre presentaría múltiples moretones, dos lesiones en el tórax derecho, que se habrían hecho con un objeto redondo como un bastón, palo o varilla.
En sus tejidos blandos presentaba traumas y en su pierna derecha una esquirla de proyectil de arma de fuego, el informe de balística no puede determinar desde que distancia habría sido disparada el arma ya que en su cuerpo no habían más residuos de disparos.
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Otras pruebas que se realizaron al difunto fueron: la de orina, para buscar rastro de sustancias psicoactivas cuyo resultado fue negativo y una prueba de alcoholemia que registró 240 miligramos.
En este momento avanza la audiencia privada en la que se determinará si los policías involucrados en la muerte de Ordóñez, Harby Rodríguez y Juan Camilo Lloreda, irán a una prisión o podrán verse beneficiados con la detención domiciliaria, mientras se adelantan las investigaciones en su contra por los delitos de homicidio agravado y tortura agravada.
