48% de especies terrestres podrían extinguirse por cambio climático

Foto: EFE
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Un 48 % de las especies animales y vegetales terrestres, en el peor de los escenarios, corren un alto riesgo de extinción a causa del calentamiento global, advierte hoy el nuevo informe del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC).

En la peor posibilidad, con una subida promedio de 5 grados centígrados, el porcentaje sube hasta ser de entre el 3% y el 48%, de acuerdo con el análisis que el informe hace de los posibles efectos a largo plazo del calentamiento global.

El informe, que analiza el impacto que el cambio climático está teniendo en el ser humano y en la biodiversidad, ofrece distintos escenarios e incluso en el más “optimista”, con una subida media de la temperatura de sólo 1,5 grados, prevé una extinción de entre el 3% y el 14% de especies.

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Las especies endémicas (aquellas que habitan en un único ámbito geográfico) están especialmente amenazadas: el cambio climático podría llevar al fin de todas las especies de este tipo en pequeñas islas, al 84 % en las de montaña, al 54 % en los océanos y al 12 % en los continentes, alerta el documento del IPCC.

El informe detecta ya cambios, algunos de ellos irreversibles, en los ecosistemas del planeta por los fenómenos climáticos extremos relacionados al calentamiento global causado por la actividad humana.

Por ejemplo, más de la mitad de las especies globales estudiadas por los expertos han modificado su hábitat para hacer frente al cambio climático, bien alejándose del Ecuador hacia los Polos, o trasladándose a una mayor altitud sobre el nivel del mar.

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A punto de ser irreversibles, advierte el informe, son los impactos en el sistema hidrológico que han causado la reducción de los glaciares o del hielo permanente en montañas y en el Ártico.

Además, las olas de calor extremo han producido las primeras extinciones. El estudio da ejemplos como el del falangero lemuroide, un pequeño mamífero australiano que desapareció tras la ola de calor de 2005, o, también en Australia, el melomys rubicola, un roedor nocturno dado por extinto en 2016.

El documento urge a la comunidad internacional a tomar medidas para frenar esta pérdida de biodiversidad, que incluyen la recuperación de ecosistemas degradados y aumentar la protección de reservas naturales.

EFE